¡Bien! Por fin logré olvidarte. Sí, olvidarme de ti, de tu olor, de tu cara, de tus ojos, de tus manos, de tus labios... Olvidarme de todo lo relacionado a ti; incluso de todos los momentos a tu lado, tus palabras, tu sonrisa... Sabías hacerme sentir única... Pero ahora cuando te veo no siento nada, intendo mirar para otro lado; y lo consigo. Consigo no hacerte caso, lo que debería haber hecho desde un primer momento... Si te soy sincera, cada vez que te veo me vienen a la cabeza recuerdos. Sí, sí, recuerdos. El pasado. El por qué de el deber olvidarte. El por qué de estar así. El por qué de evitarte y de no saber nada de ti... Pero bueno, ¡ya te he olvidado! Es genial, ¿eh? Pff, quién lo iba a decir. Pero... espera un momento... ¿qué tonterías estoy diciendo?
Si de verdad te hubiese olvidado... ¡no estaría escribiendo esto sobre ti!
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