sábado, 29 de octubre de 2011

Nada más despertar.

Se despertó una mañana, gracias a unos rayos de sol que procedían de su ventana. Entreabrió un ojo y pudo contemplar el cielo, tan azul como el mar; un azul precioso. Tan sólo había una pequeña nube, parecida a un algodón de azúcar solitario que algún niño desearía tener en sus manos. Varios sonidos de coches se dejaban oír fácilmente. Incluso, si afinaba más el oído; podría escuchar los cantos de pájaros inquietos y madrugadores, dispuestos a dar los buenos días a la ciudad. Un olor a tostadas recién hechas le llegó; desde un rincón desconocido de quién sabe donde.
Todo esto sin levantarse de la cama.
"Hoy puede ser un buen día", pensó.



sábado, 22 de octubre de 2011

Futuro indefinido.

El otro día, en clase, el profesor nos estuvo explicando cómo sería el año que viene, en cuarto de la eso. Nos expuso nuestras opciones; lo básico: ciencias o letras. Matemáticas A o matemáticas B. Ciencias sociales, humanidades, temas relacionados con la tecnología, módulos, y bastantes cosas más. La verdad, yo siempre he sido de letras, de pequeña me gustaba leer (ahora ya no tanto), los cuentos, LETRAS en sí... A medida que fui creciendo, empezaron a entrarme dudas, se iba equilibrando la balanza entre ciencias o letras. Y ahora, actualmente, se declina por ciencias. Matemáticas, específicamente. Me gustan, se me dan bastante bien. Aunque también hay otras cosas que me gustan, las letras siguen ahí. ¿Que qué me gustaría ser de mayor? Cada vez que me preguntan eso, contesto una cosa diferente, algún capricho dado en ese momento. Mis respuestas más comunes son: psicóloga, profesora y locutora de radio. Aunque los idiomas también me gustan.
De todas formas, aún sigo teniendo muchas dudas sobre lo que elegir el año que viene. Ya sé que queda un año todavía, pero el tiempo pasa volando; y cuando te quieras dar cuenta ya tienes delante de tus narices la hoja en la que tienes que marcar por qué rama irás.
Además, ¿cómo quieren que sepa qué voy a elegir dentro de un año, si ni quiera sé lo que voy a hacer esta tarde?

miércoles, 12 de octubre de 2011

Increíble. Esa es la palabra para definirte.

¿Te das cuenta de la cantidad de sonrisas que me sacas al día? ¿Te das cuenta de lo especial que eres para mí? ¿Te das cuenta de lo imprescindible que eres en estos momentos? ¿Te das cuenta de lo cómoda que me siento contigo? ¿Te das cuenta de lo genial que me siento al hablar contigo? ¿Te das cuenta de la sonrisa de idiota que tengo cuando chateo contigo? ¿Te das cuenta de que no quiero que te vayas? ¿Te das cuenta de que ningún otro me había hecho sentir así? ¿Te das cuenta de que creo que estoy rozando los 3 metros sobre el cielo? ¿Te das cuenta de que me encantas? ¿Te das cuenta de que eres increíble?
Porque yo sí.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Atonterías.

Me tienes... hipnotizada. Impresionada. Sorprendida. Atontada. Llámalo como quieras, pero es espectacular el efecto que causas en mí. Creo que nunca me he sentido así, y digo creo, porque si no lo he sentido cerca he estado, aunque lo que siento ahora es mucho más fuerte que lo que sentía por aquellos maravillosos e imborrables tiempos; que tan sólo se quedarán como bonitos recuerdos del pasado.
Pero no escribo esto para hablar del pasado; escribo esto para hablar de ti; la sensación que me produces, las mariposas que haces que se formen en mi estómago cada vez que te veo, esa comodidad que siento cuando estoy o hablo contigo, las cosquillas que me suben por la tripa cuando veo que estás conectado... Y más sensaciones indescriptibles, algunas, que nunca he llegado a experimentar; hasta ahora.
¿Cómo lo haces? Alteras mis sentidos; es algo inevitable. Eres... especial, diferente, tu forma de pensar, tu forma de ser, cómo eres... Simplemente tú.
En tan poco tiempo, hemos compartido tantas cosas...
Llevo algunos días haciéndome una pregunta un tanto... difícil, por así decirlo. ¿Estaré experimentando aquel famoso sentimiento del que la gran mayoría habla, pero pocos han llegado a conocer?

martes, 4 de octubre de 2011

Zas.

De repente, sin que me diese cuenta. Apareciste.
Soy feliz hablando contigo, ¿sabes? No sé cómo lo haces, quizá sea algo relacionado con tu encanto; tu personalidad, no lo sé. Simplemente, ¿tú?
Odio que mi felicidad dependa de alguien. Y, temo decir que, creo que mi felicidad tiene nombre y apellidos. Y creo que son los tuyos.
Quizá sea pronto para decir esto, o, simplemente para dudarlo pero... hoy me siento así.
-
-
-
Hace unos días que me llevo sintiendo así