lunes, 28 de noviembre de 2011

sourire

¿Sabes? Me alegra que en tan poco tiempo tengamos tanta confianza. Que ya sé que esto de escribir no es lo mío. Que sabes de sobra que adoro tu sonrisa, sonrisa con la que te quiero ver siempre; porque no hay cosa que me haga más feliz que ver a la alguien a quien quiero sonreír. Que cuando alguien esté realmente jodido, tú puedes aparecer con esa sonrisa y hacer que se olvide de todo lo malo. Que me gusta cuando se te escapa alguna sonrisa mientras hablas. Que me encanta esa sonrisilla de idiota que pones por cualquier tontería. En definitiva, me encanta tu sonrisa.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Nostálgico?

No sé si soy suficiente para ti. Creo que te mereces más. Eres tanto para mí... No sé si es mutuo. Quizá sean suposiciones mías, quizá no; quizá tengan parte de razón o quizá no tenga nada que ver con la realidad. ¿Merece la pena escribir sobre esto? ¿Estoy imaginándome cosas que no son? Pero, ¿y si lo son? Siempre he temido que pasara. No me gustan las comparaciones en este tipo de casos, y menos cuando creo que la que salgo perdiendo soy yo; desde tu punto de vista. Pero, ¿qué cosas estoy diciendo? Me estoy obsesionando demasiado. Y no, no puede ser. Además, es sólo una simple frase, que puede que ni se refiera a las películas que me estoy montando yo solita en mi cabeza; y yo estoy aquí como una estúpida que depende de alguien, comiéndose el coco.
Pero de todas formas, al igual que tú puedes pensarlo yo también lo podría pensar; mi historia, mis amores. Pero el pasado pasado está, y ahora me limito a vivir el presente. Lo bueno fue bueno en su momento, pero ya está. ¿Que después de un gran amor siempre queda algo? Puede. La mayoría de las veces. Tu caso, seguramente. Pero en mi caso ahora te tengo a ti y es lo único que me importa.
Así que, olvida (sé que no sabes) esto que he escrito. Es sólo lo que pienso en estos mismos instantes.
Y lo peor de todo es que puede que estés leyendo esto. Un saludo, guapo.

PD. Oh Dios, matadme. Me estoy rayando yo sola.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Un poquito de Neruda.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente, 
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 
Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca. 


Como todas las cosas están llenas de mi alma 
emerges de las cosas, llena del alma mía. 
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía. 


Me gustas cuando callas y estás como distante. 
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. 
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 
Déjame que me calle con el silencio tuyo. 


Déjame que te hable también con tu silencio 
claro como una lámpara, simple como un anillo. 
Eres como la noche, callada y constelada. 
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. 


Me gustas cuando callas porque estás como ausente. 
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.





domingo, 6 de noviembre de 2011

Bendito karma.

Hoy he leído un artículo de psicología, sobre el karma. ¿Qué es el karma, pues? El karma es una ley cósmica de retribución, o de causa o efecto. Podemos acumular mal karma con nuestros actos, pero también con nuestras palabras y pensamientos.




Por ejemplo, quien utiliza el lenguaje para maldecir o difamar a otros, recibirá ese mismo trato por parte de los demás. Los pensamientos negativos son asimismo un bumerán: si desconfiamos de todo el mundo, atraeremos desconfianza hacia nosotros; si envidiamos y deseamos el mal de terceros, no seremos merecedores del amor ajeno.
Una prueba bien clara y sencilla de esta clase de karma la encontramos en la amistad. Las personas alegres, bienintencionadas y generosas están rodeadas de amigos; mientras que las retorcidas y rencorosas se enzarzan en conflictos y la gente las rehuye.
Estas últimas no se dan cuenta de que son responsables de lo que les sucede. Las personas de karma negativo atribuyen lo que les ocurre a la mala suerte o a la vileza humana. Pocas se dan cuenta de que lo que viven es consecuencia de su modo de proceder y que son tratadas del mismo modo que tratan. Cada uno recoge lo que siembra, podría decirse.
El Dalai Lama, el divulgador más global del budismo, tiene una visión muy práctica de cómo podemos obtener buen karma en la vida cotidiana. Estos son algunos de sus consejos:



1. Cuando pierda, no desaproveche la lección que puede aprender.

2. Recuerde que no obtener lo que se quiere es un maravilloso golpe de suerte.

3. No deje nunca que un discusión hiera una buena relación.

4. Si se da cuenta de que ha cometido un error, tome medidas para corregirlo.

5. Recuerde que el silencio es a veces la mejor respuesta.


Las leyes para el buen karma las podemos resumir de la siguiente manera: si somos conscientes de las consecuencias de nuestros actos, nos conduciremos mejor, ganaremos apoyos y evitaremos fricciones que nos hacen perder una energía preciosa.
Después de leer este artículo he reflexionado, me he motivado, y he pensado ser mejor persona.
Objetivo: buen karma.
Creo que muchas personas deberían hacer lo mismo.